Hoy hablaremos sobre la cafeína, estimulante del sistema nervioso central y diurético (sustancia que le ayuda al cuerpo a eliminar líquidos). Esta sustancia no se encuentra sólo en el café, sino en algunos tés, en el chocolate, y en otros alimentos derivados de ellos.
La cafeína es un estimulante del sistema nervioso central que actúa aumentando la actividad cerebral y reduciendo la vigilia. Muchas personas son grandes detractoras de esta sustancia, pero muchas otras son completamente adictas a ella; estos últimos deberían tener en cuenta que la cafeína se absorbe y pasa rápidamente al cerebro y que, aunque no se acumula en el torrente sanguíneo ni se almacena en el organismo, pasa una gran cantidad de tiempo hasta que se elimina a través de la orina.
Una taza de café puede contener entre 60 y 110 mg de cafeína, una taza de té entre 10 y 90 mg, una de chocolate entre 5 y 40 mg y las bebidas de cola 35 mg. La dosis letal de cafeína es de 5,000 mg, el equivalente a 40 tazas cargadas de café consumidas en un periodo excesivamente corto de tiempo.
Consumir entre 75 y 150 mg de cafeína eleva la temperatura, el ritmo respiratorio y el nivel de ácido gástrico en el estómago, además, está comprobado que el uso prolongado de más 650 mg diarios de cafeína pueden ocasionar úlceras gástricas, incremento en el nivel del colesterol, insomnio crónico, ansiedad y depresión permanentes.
Este consumo excesivo también parece estar asociado con disfunciones cardíacas; además se sospecha que el consumo abusivo de café puede disminuir la probabilidad de embarazo, aumentar el riego del aborto espontáneo y de nacimientos de bebés con bajo peso. Las grandes cantidades de esta sustancia pueden detener la absorción del calcio y provocar el adelgazamiento de los huesos.
La cafeína en un niño puede perjudicar su nutrición si la cantidad de las bebidas cafeinadas llegan al punto de reemplazan a las bebidas saludables, como le leche. Además esta sustancia reduce el apetito, de manera que un niño que la consuma puede comer menos.
Esta droga provoca dependencia física y puede llegar a provocar la aparición de un síndrome de abstinencia, por lo que en usos terapéuticos los médicos recomiendan reducir gradualmente el consumo. El síndrome se manifiesta por irritación, cansancio, depresión y somnolencia. No es grave y desaparece en pocos días.
No existe ninguna necesidad nutricional para la cafeína y se puede evitar en la alimentación.
En el enlace que adjunto podremos calcular la cantidad de cafeína que consumimos al día, para poder hacernos unas idea de en qué nivel estamos y si necesitamos disminuir dicho consumo.
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