miércoles, 9 de julio de 2014

Alimentación para pacientes con Gota



Esta enfermedad es ocasionada por trastornos en el metabolismo de las purinas: a partir de los ácidos nucleicos, y por la enzima xantinixidasa, se obtiene xantina y otra vez, por esta enzima, se transforma en ácido úrico. La xantina se filtra y se elimina; el ácido úrico se filtra y se reabsorbe. Esto último produce un aumento de ácido úrico en sangre (hiperuricemia) que no suele presentar sintomatología pese a que puede llegar a depositarse principalmente en las articulaciones, dando entonces lugar a inflamaciones realmente dolorosas que pueden ir acompañadas de fiebre.




Se suele manifestar entre los 40 – 50 años y los factores que desencadenan la enfermedad son:

1. Exceso de alimentos (calorías y carnes)
2. Consumo de alcohol, incluida la cerveza
3. Herencia. Hasta el 75% de los pacientes tienen parientes con la misma patología

Los síntomas característicos son:

- Artritis, principalmente en el dedo gordo del pie
- Tofos (acumulaciones de ácido úrico alrededor de las articulaciones)
- Deformaciones articulares
Las articulaciones más afectadas suelen ser las de las manos, pies, rodillas y tobillos.


El aumento de ácido úrico se debe a:

- Formación de uratos (sales del ácido úrico) que no se destruyen
- Sobreproducción de ácido úrico (destrucción celular)
- Disminución de la eliminación del ácido úrico (alcohol, diuréticos…)
- Hiperuricemia primaria hereditaria (aumento de la producción y disminución de la eliminación del ácido úrico

Influencia de la alimentación en el ataque de gota:

1. Aumentar el consumo de hidratos de carbono complejos frente a los sencillos y las grasas.
2. Dieta normocalórica, ya que la dieta hipocalórica, pobre en proteínas, provoca la movilización de las proteínas corporales, lo que aumenta el ácido úrico.
3. Reducir las purinas de la dieta para ayudar a que descienda el valor de ácido úrico en sangre.
4. Dieta baja en grasas, ya que una dieta rica en grasas disminuye la eliminación del ácido úrico, aumenta su reabsorción por parte del riñón, además de poder contribuir a la alteración de la circulación a nivel renal.
5. Una dieta normoproteica y sin purinas reduce el ácido úrico en sangre y aumenta la eliminación por orina
6. A la larga se puede llegar a usar Alopurinol (medicamento que permite, con el tiempo, llevar una dieta un poco más flexible)

La dieta en casos de Gota será normocalórica, con hidratos de carbono en cantidades normales, o un poco aumentados; las grasas las fijaremos en cantidades reducidas; y proteínas en cantidades normales, controlando las purinas con una dieta hipopurínica o apurínica, dependiendo de la gravedad.

El ácido oxálico suele estar aumentado, por lo que se evitarán los alimentos que lo contengan (chocolate, espinacas, jugos y concentrados de tomate, higos frescos…) también se evitarán los vinos tintos, wiski, champán…

Los alimentos ricos en purinas son principalmente aquellos de origen animal. Las vísceras, seguidas de algunos pescados azules y el marisco son los alimentos que mayor cantidad de purinas aportan a nuestra dieta, y los enfermos de gota deberán evitarlos al máximo. Les siguen las carnes y el pescado blanco, y algunos vegetales como las legumbres, espárragos, champiñones, coliflor y espinacas.

Los alimentos con un bajo contenido en purinas son los cereales y sus derivados, como el pan y la pasta, quesos y postres lácteos, arroz, nueces, verduras (excepto las comentadas anteriormente) y frutas.

La dieta baja en purinas no es que sea muy efectiva a la hora de mejorar un ataque de gota, de ahí que tenga que combinarse con medicación. Además, hay que tener en cuenta que una dieta muy baja en purinas es muy difícil de cumplir, por eso las restricciones severas se aconsejan únicamente durante los ataques agudos, y a medida que se va mejorando, se va diversificando la alimentación. Esto no quiere decir que los pacientes propensos a sufrir ataques de gota puedan consumir los alimentos ricos en purinas libremente, sino que deberán controlar su consumo aunque no estén sufriendo un brote.

Seguidamente adjuntamos algunos menús adecuados para pacientes que sufran esta patología:

Menú 1 - bajo en purinas (A utilizar en la fase aguda de la enfermedad)

                                                                         Desayuno:
Un vaso de leche semidesnatada con azúcar y/o cacao en polvo.
2 rebanadas de pan con margarina y mermelada.
1 kiwis

Media mañana:
1 puñadito de nueces.
1 zumo de frutas natural.

Comida:
Gazpacho con picatostes.
Lasaña de verduras gratinada con queso.
2 albaricoques.

Merienda:
3-4 palitos de pan.
2 quesitos desnatados.

Cena:
Sopa de verduras y arroz.
                                                                           • Tortilla francesa con tomate fresco aliñado.
                                                                           • Un yogur desnatado.

Menú 2 - moderado en purinas (A utilizar en la fase de recuperación de la enfermedad.

Desayuno:
Un vaso de leche semidesnatada con azúcar y/o cacao en polvo.
1 rebanada de pan con aceite, tomate y queso semi.
1 melocotón.

Media mañana:
1 bocadillo pequeño de pechuga de pavo.
1 cortado.

Comida:
Ensalada fresca de patatas y hortalizas.
Lenguado a la plancha con panaché de verduras.
1 trozo de sandía.

Merienda:
1 yogur desnatado.

Cena:
Crema fría de calabaza.
Wok de tallarines, verduras y pechuga de pollo.
2 ciruelas.

En estos casos siempre se deben seguir los consejos de nuestro médico, ya que es el único que conoce perfectamente la situación en la que se encuentra nuestra patología y la gravedad de la misma

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