A parte de la obesidad, a la que hemos dedicado ya algunas
entradas, podemos apreciar otros problemas relacionados con la alimentación en
nuestra sociedad. Como por ejemplo el adelgazamiento en sus dos principales
vertientes, el adelgazamiento relacionado con los trastornos en la alimentación
como la anorexia y la bulimia, o el adelgazamiento que aparece como síntoma de
una enfermedad, por motivos sociales…
Cuando la causa de una notada disminución del peso y del volumen corporal, es una causa fisiopatológica (a causa de una enfermedad), social, alimentaria, etc. la principal finalidad en la que nos deberemos centrar será en la recuperación del peso perdido, recuperar también el tejido adiposos, la normalización de las funciones digestivas y lo más importante la reeducación del paciente.
El cálculo de calorías a dar lo haremos de la manera que hemos explicado para pacientes estándar, con la variante de que el paciente se mantendrá en reposo absoluto, e iremos pasando a un régimen hipercalórico a medida que desaparezcan las molestias en el paciente; en ese momento se aumentará 100 calorías por semana, siguiendo con la misma mecánica hasta conseguir el peso deseado.
Igualmente el reparto de calorías lo haremos de manera normal (proteínas 15%, hidratos 55% y grasas 30%), con la única diferencia de que añadiremos una recena antes de que el paciente se acueste, siempre a base de hidratos de carbono.
Los hidratos de carbono en esta dieta nos facilitaran la recuperación de las reservas de grasa, ya que le daremos más de lo que realmente necesita; evitando las hortalizas e integrales, ya que sacian demasiado. Las proteínas las daremos en cantidades aumentadas hasta llegar al límite de 1,5g/Kg/día, debido al peligro de posible daño renal si nos pasamos de los 100g. Las grasas son de alto valor energético, pero sacian bastante así que las daremos reducidas. En el caso de los minerales, en la mayoría de estos casos deberemos suplementar el hierro, por la aparición de anemias.
Cuando la causa de la disminución del peso y del volumen corporal, es una causa psicológica (anorexia, bulimia…) los principales objetivos que debemos marcarnos será, en primer lugar excitar el apetito con dieta de poca masticación al inicio, con condimentos suaves, aromáticos y que hagan la comida más atractiva; deberemos normalizar el peso del paciente, y lo más importante, reeducar al enfermo desde el punto de vista alimentario. En la mayoría de estos casos necesitaremos el apoyo de un psicólogo para llevar a término nuestro objetivo con mayor rapidez y eficiencia.
En este tipo de adelgazamiento comenzaremos el tratamiento con un régimen hipocalórico (intentando llegar a la ingesta de 1000 calorías por día), e iremos aumentando 200 – 300 calorías por semana. Siempre acompañado del reposo absoluto del paciente, seguiremos aumentando las calorías de manera gradual hasta llegar a un régimen hipercalórico, igual que en el caso anterior.
Los hidratos de carbono, al igual que las proteínas, las aumentaremos desde el inicio del tratamiento, reduciendo las grasas, ya que hemos dicho que sacian mucho, ingiriendo poca cantidad. Cuando se empiecen a ver mejoras, se seguirán aumentando los hidratos y las grasas, manteniendo las proteínas en cantidades máximas como en el supuesto anterior.
En todos los casos anteriores deberemos tener en cuenta que los hidratos de carbono, en contra de lo recomendado en casos de obesidad, los daremos de poco volumen y cocinados, para no producir pesadez y que el paciente no se sacie demasiado pronto.
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