Si seguimos con el tema del adelgazamiento, seguro que tenemos algún familiar o amigo que siempre ha sido delgado, y que nunca se ha preocupado de su peso, en este caso estamos ante una delgadez constitucional.
Muchas de estas personas no tienen por qué aumentar su peso si tienen un buen estado de salud, pero en el caso en el que se necesiten aumentar unos kilitos por alguna patología o molestia deberemos tener en cuenta unos puntos fundamentales:
- Evitar la sensación de pesadez
- Aumentar el apetito de la persona
- Evitar los trastornos ligados al llenado del estómago
- Aumentar las reservas de grasa del paciente
Para conseguir nuestro objetivo deberemos marcar una dieta hipercalórica y de poco volumen, la cual será seguida por el paciente mientras se mantiene en reposo.
Al principio del tratamiento el exceso de calorías será el que el enfermo pueda tolerar (10 – 20%), posteriormente, cada 8 días se aumentan de 150 – 200 calorías, hasta que lleguemos al peso teórico que queramos conseguir. Al llegar a este punto, se eliminará el reposo y se permite la actividad normal del paciente. En este caso también podríamos recurrir a algún medicamento si necesitamos que la subida de peso sea más rápida, como son los anabolizantes o aumentadores de apetito, aunque en mi opinión es suficiente con el aumento calórico de la dieta.
En los dos casos explicados anteriormente los hidratos de carbono serán la oferta principal de calorías, sin sobrepasar los 400g y siempre con poco volumen para no saciar al paciente demasiado rápido; las proteínas se encontrarán aumentadas en la dieta, pero sin sobrepasar los 100g ya que podríamos causar daño renal; las grasas las daremos de forma moderada (30 – 35% del VCT), ya que dificultan el vaciado estomacal, por lo que el paciente estará saciado más tiempo; el agua se administrará en cantidades normales, siempre a voluntad del paciente, no siendo necesario ningún tipo de suplemento extra, siempre que el paciente no presente otro tipo de problema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario