El glaucoma es una enfermedad ocular que va robando la visión de manera gradual. Por lo general no presenta síntomas y puede llevar a la pérdida de la visión de manera repentina.
Sin el tratamiento apropiado, el glaucoma puede llevar a la ceguera.
Al glaucoma ocular se le conoce como una enfermedad silenciosa en la visión. La mayoría de personas que la sufren, ni siquiera notan como a diario la visión se va reduciendo, esto se debe a que los daños en el nervio son realmente muy sutiles.
En las últimas décadas, la gran mayoría de los especialistas miran con mucho interés hacia la posibilidad de influir en el glaucoma ocular a través de la dieta. Los pacientes que sufren esta patología, deberán ser conscientes de la alimentación que llevan e intentar cambiar algunos hábitos perjudiciales; consumiendo verduras, frutas, semillas, nueces y granos enteros.
Como se trata de una enfermedad ocular se estima que el cuidado debe recaer especialmente sobre los ojos, pero la verdad es que la dieta de una persona con glaucoma juega un papel fundamental en su tratamiento y recuperación.
¿Qué consumiremos?
La alimentación del paciente con glaucoma puede ser completamente normal, aunque en muchas ocasiones es recomendable el llevar una dieta tipo mediterránea: muchos vegetales, frutas, pescado y poca carne roja y grasas.
En el caso de los pacientes con glaucoma, cualquier dieta para pacientes hipertensos, enfermedad cardiaca o con colesterol elevado, les irá bien.
Se sugiere que la dieta sea abundante en frutas y legumbres, rica en antioxidantes y flavonoides.
Los ácidos grasos omega 3 producen un aumento en el flujo sanguíneo ocular, lo cual es de beneficio en los pacientes con glaucoma.
Entre las vitaminas con más poder antioxidante, destaca la Vitamina C, que se encuentra en una extensa variedad de alimentos, especialmente en frutas cítricas y en verduras como la col, el brócoli o la coliflor, además de en el tomate y los pimientos; también cabe la mención de la Vitamina E, presente también en verduras de hoja verde y en aceites vegetales, trigo y otros cereales, yema de huevo, carne, marisco y aguacates; y la Vitamina B1, que podemos encontrar en alimentos como la levadura, la carne de cerdo, el pescado, las nueces, el arroz, el germen de trigo, la leche y derivados o los frutos secos.
También cabe destacar el poder antioxidante del caroteno (pre-vitamina A), presente en la zanahoria, el berro, la espinaca, el pimiento rojo, el albaricoque, entre otros alimentos, así como de los flavonoides, que se encuentran en los arándanos, el té verde, el té negro, el vino o el chocolate negro, además de en algunas frutas.
El ginkgo biloba (árbol de origen chino) también es un potente antioxidante natural que neutraliza el envejecimiento celular. Deberemos ingerirlo a través de preparados del extracto de hoja de este árbol.
Otro elemento antioxidante que podemos incorporar a nuestro organismo a través de la alimentación es el licopeno, presente sobre todo en tomates y sandías, y la luteína y la zeaxantina, que encontramos en espinacas, brócoli, col, lechuga, huevos, mariscos, cereales integrales y queso, entre otros alimentos.
¿Qué evitaremos?
En general, para los pacientes que sufren enfermedades oculares; es aconsejable evitar el exceso de carbohidratos, las harinas refinadas (en favor de los productos integrales que aportan fibra), los alimentos altamente procesados, como la bollería industrial y los precocinados.
Además, deberemos tener en cuenta que ciertas formas en las que cocinamos los alimentos reducen los nutrientes que estos nos aportan; por lo que, por ejemplo, al cocinar los alimentos al vapor conseguiremos un resultado mucho más saludable que si los hervimos.
Entre las sustancias que debes evitar, encontramos principalmente la cafeína; esta sustancia causa un tipo de estimulación en los vasoconstrictores, que eleva la presión arterial y el flujo sanguíneo del ojo, empeorado la enfermedad.
Otras de las sustancias a evitar son la cerveza, el tabaco (ya que la nicotina es un potente vasoconstrictor) y el té, ya que pueden causar la misma presión sobre el ojo que la cafeína.
Además el paciente, deberá evitar el estrés, mantenerse relajado y evitar la exposición excesiva de los ojos a la televisión.
Existen estudios que demuestran que mantener un peso correcto, nos ayudará a baja un par de milímetros de mercurio la presión intraocular.
En conclusión, una dieta equilibrada, rica en vitaminas y antioxidantes, se está convirtiendo con el tiempo en una medida preventiva cada vez más considerada por los especialistas para los grupos de riesgo y la población en general, así como un buen complemento a la terapia médica, en el caso de las personas que ya padecen glaucoma.
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